Garganta verde
Longitud: Trayecto lineal de 5 km de recorrido. Tiempo: 5 horas y media Dificultad: Alta
Desnivel acumulado : 269 m de subida y 673 m de bajada.
Permiso: Se necesita permiso se puede obtener en el centro de visitantes de El Bosque o en el de Zahara de la Sierra.
Acceso a la Ruta: El inicio de la ruta se puede acceder desde la localidad de Zahara de la Sierra (Cádiz) a través de la carretera CA-9104 que la une con Grazalema. Poco antes de llegar al Puerto de los Acebuches se encuentra el inicio con un panel indicativo de la ruta.
La Garganta Verde es un espectacular cañón de roca originado por el azote de las aguas del arroyo Bocaleones que acaba en una cavidad llamada Cueva de la Ermita o Ermita de la Garganta, por el parecido con la cúpula de un templo religioso. Además, este enclave emblemático es el hábitat de una importante colonia de buitres leonados. Se trata de una zona de acceso restringido por lo que hay que solicitar autorización.
Comienzo del camino hasta La Ermita de la garganta
Este estrecho cañón constituye uno de los marcos naturales más impresionantes de toda la provincia, siendo un verdadero paraíso para las aves de roca. En él podremos hacer además interesantes observaciones de carácter geológico y botánico. Partiendo de ZAHARA DE LA SIERRA y tras haber recorrido unos 4 km, encontraremos a la derecha de la carretera a la altura del punto km 7,5 la entrada. Tras sortear la entrada tomaremos un camino a la derecha. En sus primeros tramos la vereda transcurre por entre cerros ondulados sobre los que se desarrolla un matorral aclarado en el que abundan especialmente las retamas junto a lentiscos, aulagas, matagallos y jaras. El sendero discurre paralelo por al río, cuya cauce que no vemos, queda muchos metros por debajo, a nuestra izquierda.
Tras recorrer aproximadamente 1,5 km desde que abandonamos la carretera, remontaremos una pequeña cuesta para doblar hacia la izquierda e iniciar el descenso hasta la Garganta por un camino que serpea su ladera. Desde los primeros momentos la vegetación cambia con respecto al tramo anterior y a orillas del camino se instala un tupido matorral, allí donde el suelo lo permite. En él destaca la presencia de la sabina, cupresácea facilmente indentificable por sus pequeñas bayas de color marrón oscuro. El camino continúa su descenso hacia la Garganta y frente a nosotros veremos las estribaciones de la Sª de Zafalgar. Al poco pasamos bajo una cornisa formada en la pared que casi techa la vereda, y bien pudieran ser los techos de cavidades hundias. A partir de este lugar el sendero se estrecha e incia su descenso en zigzag por la ladera con rápidas pendientes, abriéndose paso entre las rocas. En estas paredes rocosas el matorral incluye las mismas especies que en zonas más altas pero se presenta mucho más aclarado. En un punto de la vereda de descenso, ésta atraviesa una gran roca entre la que se han tallado escalones.
Tras algo más de 1,30 h desde que salimos de la carretera, llegamos al lecho del río. Salvo la época de lluvia suele estar seco, pese a lo cual nos invade un frescor inusitado aún en los meses más calurosos del estío, cuando las diferencias térmicas entre la parte superior de la pared y la gruta que luego visitaremos puede llegar a ser más de 10º. Las altas y verticales paredes, separadas en algunos lugares por tan sólo 10 m, proyectan sobre el cañón una permanente sombra que lo mantiene fresco y húmedo. Si a esto añadimos,que aún en los meses de verano rezuma el agua por multitud de grietas y fisuras, comprederemos cómo la vegetación que en estos lugares se desarrolla debe forzosamente contrastar con la que crecía sobre las paredes, expuestas al sol.
Apenas habremos andado 200m cuando hallamos en la pared izquierda del cañón, en la parte cóncava de un pequeño meandro, la sorprendente gruta conocida como cueva de la Ermita o Ermita de la Garganta. Tiene forma de un cuarto de esfera y es de grandes proporciones (50×20). “El color es rosa, pero un rosa extraño que no tiene nada que ver con la carne. El verde es también irreal, un verde helecho, de alga, de acuarela, húmedo, submarino, con transparencias…Al fondo, estalagmitas y estalactitas haciéndose. Toda la cueva tiene un extraño aire de víscera, de creación, de entrañas de la Tierra. El suelo es de arena fina, pero entre las estalagmitas encontramos diminutas pilitas donde el agua filtra gota a gota.