Lugares de interes
La Fortaleza de Matrera
Está situada a una altitud de 526 metros, en el término municipal de Villamartín. El acceso actual se realiza a través de la carretera A-342 (Jerez-Antequera), que al llegar a la localidad enlaza con la A-373 (Villamartín a Ubrique), en cuyo punto kilométrico 9,5 se encuentra la sierra de donde toma su nombre popular de Torre “Pajarete”. Se trata de un macizo calcáreo de las denominadas pequeñas sierras subbéticas, desde el que se puede establecer una visual de toda la campiña gaditana y sur sevillana, así como del Parque Natural de la Sierra de Grazalema.
Matrera formó parte del cinturón exterior de la llamada Banda morisca, junto con los castillos cercanos de Lopera, Cote, El Águila y El Bollo. Esta demarcación fronteriza estaba destinada a defender la ciudad de Sevilla y su comarca de las incursiones musulmanas desde la inmediata Sierra de Cádiz.
No es cierta la existencia de una Matrária celta de la que procediera el nombre actual. Las recientes investigaciones arqueológicas han detectado únicamente vestigios tartésicos e ibéricos, que durante el primer milenio antes de Cristo también utilizaron el Cerro Pajarete como atalaya estratégica.
De su extraordinaria importancia dan cuenta los textos históricos medievales y los testimonios arqueológicos. A mediados del siglo XIII las cortijadas, villa y fortificación islámicas de Matrera debieron someterse al protectorado castellano de Fernando tercero, como el resto de la región. De la primitiva edificación andalusí anterior aún quedan vestigios construidos con tapial en algunas zonas de la parte inferior de la Torre.
Iglesia de San Francisco
La iglesia de San Francisco fue construida en el siglo XVI y está consagrada a la Vera Cruz.
En esta iglesia podemos encontrar algunas tallas de interés, como el Cristo de Vera Cruz, que se encuentra en el Altar Neoclásico donado por Fernando VII. Otras imágenes interesantes son las de Nuestra Señora de la Soledad, que procesiona el Viernes Santo, la del Cristo de la Humildad y Paciencia y las de San Juan de Dios y San Rafael.
En el convento adyacente a la Iglesia estuvieron asentados los frailes de la orden de Franciscanos.
Iglesia de Las Angustias
La Iglesia de las Angustias formó parte del Convento de las Concepcionistas. Se encuentra en la plaza del Ayuntamiento al inicio de la peatonal Calle Boticas.
Con una sola nave cubierta con bóvedas de cañón, del templo de Las Angustias destacan su retablo mayor y dos laterales.
La titular del templo es una excelente talla de la Virgen de las Angustias esculpida en 1951 por Jun Bernabé de Britto.
Desde este templo realiza su salida procesional la tradicional Hermandad de la Borriquita, con el paso del Cristo y la Virgen de los Reyes.
El Dolmen de Alberite
El Dolmen de Alberite, de Villamartín, está situado en la cuenca media del Guadalete, a cuatro kilómetros de la localidad y en el piedemonte de la Sierra de Grazalema, consta de una galería cubierta de 20 metros de longitud, con diferenciación interior mediante jambas, con ortostatos de grandes dimensiones y hasta ocho toneladas de peso. Estas moles de piedra conservan parte de la decoración esquemática que tuvieron en el momento de su construcción y donde sobresalen diversas pinturas en ocre y sobre todo grabados representando soles, armas, cazoletas y algunas formas humanas. Todo el interior del monumento estuvo pintado en rojo, lo que aumentaría aún más el carácter sagrado del sepulcro.
En su interior se encontraron los restos de dos individuos solamente, un varón y una mujer. Estos fueron inhumado con la cabeza hacia el exterior y sus huesos fueron previamente descarnados y espolvoreados con ocre. Contaban con un ajuar funerario compuesto por útiles de piedra pulimentada, tallada, más de un millar de cuentas de collar en piedra, hueso, concha y ámbar, una paleta para el ocre junto a machacadores, y un gran cristal de cuarzo de 20 centímetros de longitud.
Del ritual funerario se conoce, además, la existencia de diversos fuegos tanto en el interior como en el exterior del dolmen. Estos fuegos han permitido la datación mediante el método del carbono 14, fechándolo en torno al 4000 antes de cristo, en datos calibrados. Con estos datos, el dolmen de alberite puede ser considerado uno de los más antiguos de la Península ibérica.
Este dolmen forma parte de una necrópolis megalítica que se extiende por el suroreste de esta llanura de Villamartín. Se trata del ejemplo más espectacular, pero no el único. Hasta la fecha se han detectado cuatro monumentos más. El segundo dolmen situado a escasamente 500 metros es un dolmen de características parecidas, donde destaca su decoración grabada y representando armas, como puñales y hachas. Aunque fue desmontado en los años 70, con motivo de faenas agrícolas, se han podido recuperar algunos ortostatos decorados. Los otros tres dólmenes son ejemplares más pequeños, pero no por ello desprovistos de interés, tanto para el especialista como para el visitante.
Templo Parroquial de Santa María de las Virtudes
El templo parroquial de Villamartín es un claro ejemplo del tipo denominado iglesia enchufada a causa de las características tan dispares que representan los pies y la cabecera en estos edificios. La parroquia comenzó a construirse en la primera mitad del siglo dieciséis, posiblemente poco después de la fundación de la localidad en mil quinientos tres. Sus trazas se ajustaron a la tipología habitual en las iglesias mudéjares, con planta rectangular de tres naves separadas por pilares en los que apoyan arcos apuntados y la techumbre de madera. A esta fase corresponden los tramos de los pies y la capilla sacramental, que tiene bóveda de crucería.
Hacia mediados del siglo dieciseis se realizó un drástico cambio de las trazas, sustituyendo el viejo planteamiento de tradición medieval por un nuevo diseño plenamente renacentista para la cabecera, el crucero y un tramo de la nave. Los soportes son esbeltos pilares con columnas jónicas adosadas con cubiertas abovedadas, en forma de media naranja en el crucero.
El diseño se atribuye al maestro mayor de la archidiócesis hispalense Martín de Gainza, que también es autor de la sacristía, con bóveda muy similar a la de Santa María de Arcos, obra del mismo arquitecto.
Hernán Ruíz Segundo diseñó la torre fachada, situada a los pies del templo, que fue construida entre los años mil quinientos sesenta y dos, y mil quinientos sesenta y cinco. Tiene dos cuerpos. El primero concebido como un arco de triunfo, con dobles columnas de orden jónico a los lados entre las que disponen de hornacinas con las esculturas en terracota de San Pedro y San Pablo. El segundo cuerpo tiene un zócalo con inscripción alusiva a la virgen sobre el que apoya una hornacina con la imagen de la titular del templo enmarcada por columnas jónicas, rematándose el conjunto por un frontón ondulado.
Del mismo autor son las escaleras que unen la sacristía alta o Sala del secreto con la baja, extraordinaria obra de cantería. También es suya la capilla bautismal.
Una tercera etapa constructiva corresponde ya a las últimas décadas del siglo dieciocho. Se realizaron entonces una serie de obras dirigidas por el arquitecto sevillano Fernando Rosales, quien renovó las cubiertas y las bóvedas, hizo cambios en la decoración interior, construyó el coro y levantó los cuerpos superiores de la torre, además de otras intervenciones.
El conjunto de bienes muebles que conserva al iglesia es muy valioso. Destaca el retablo mayor construido en el siglo diecisiete bajo la dirección de francisco Dionisio de Rivas con esculturas de Pedro Roldán. A mediados del siglo dieciocho fue ampliado hasta cubrir todo el ámbito del presbiterio por el maestro Matías Navarro. También es digna de mención la rica colección de platería, con obras de algunos de los principales orfebres, sobre todo sevillanos, de los siglos dieciséis al dieciocho.
Santuario de Nuestra Señora de las Montañas
El Santuario de La Virgen de las Montañas está situado a unos 8 Km. de la localidad. Es centro de peregrinación mariano de toda la Comarca, celebrádose la Romería el día 8 de Septiembre. La Antigua Ermita está consagrada a la Virgen de las Montañas y a San Ginés, patrón de los viticultores. Precisamente, el origen de esta ermita era el prestar atención espiritual a los viticultores de la zona de Pajarete. A poca distancia está situada la Fortaleza de Matrera.